La PICSI (Physiological Intracytoplasmic Sperm Injection) es una técnica que facilita la selección del espermatozoide con mayor grado de madurez usando una molécula parecida a la que recubre el ovocito naturalmente. La PICSI, al igual que ICSI, son técnicas empleadas en la Fecundación In Vitro.
La PICSI consiste en el depósito de una pequeña parte de la muestra de semen en unas gotas sintéticas sobre una placa especial en un laboratorio. Los espermatozoides de baja calidad se separarán, mientras que los óptimos quedarán unidos a estas gotas facilitando la identificación por parte del embriólogo. Este proceso simula la unión del espermatozoide en el óvulo de forma natural.
Esta técnica está indicada inicialmente en aquellas muestras espermáticas de fragmentación sencilla de ADN, reduciendo el impacto, el riesgo de aneuploidías, y descartando la posibilidad de aborto.
También se recomienda a aquellos pacientes que:
- Han presentado fallos de implantación en repetidas oportunidades o abortos espontáneos.
- Tienen un alto grado de fragmentación en su ADN.
- Manifiestan una calidad embrionaria deficiente en ciclos de FIV-ICSI practicados con anterioridad.
Por otro lado la Human Fertilisation & Embrology Authority, ente encargado de regular y velar por el funcionamiento legal y seguro de las clínicas de fertilidad en Reino Unido, establece que aunque PICSI es una técnica no invasiva, los riesgos asociados a la misma son iguales a los que podrían ocurrir con la ICSI.
También manifestaron los resultados de un estudio científico avalado, donde los beneficios con respecto al aumento de las posibilidades de embarazo no se evidenciaron. Por el contrario, como consecuencia secundaria de esta práctica se pudo determinar una posible reducción del aborto espontáneo.
Aunque medicina reproductiva avanza rápidamente para mejorar la eficacia de los tratamientos y técnicas para asegurar el éxito del embarazo, aún se necesitan pruebas concluyentes para esta nueva alternativa clínica.