“Sin príncipe, sin rana… bueno ¿y qué?”
Sin príncipe, sin rana… bueno ¿y qué? Chicas, el cuento ha cambiado. Cada día son más las mujeres que deciden emprender el camino de la maternidad en solitario, sin agobios por no haber encontrado aún la “persona adecuada” y sin tener que aguantar los comentarios de aquellos (y aquellas) que deberían sujetarse la lengua antes…